¿Qué es DBT?

La terapia dialéctica conductual es un tratamiento desarrollado por Marsha M. Linehan (1993ª) para pacientes con trastorno límite de la personalidad (TLP). Basada en la terapia de conducta, la DBT combina algunas de sus técnicas con principios de aceptación de la realidad derivados del Zen y de la filosofía dialéctica. Incluye cinco componentes: terapia individual, entrenamiento grupal en habilidades (skills training, etc.), soporte telefónico, tratamientos auxiliares y un grupo de consulta para los terapeutas. Actualmente, la DBT es el tratamiento con mayor evidencia empírica ha obtenido hasta el momento. (Linehan, 1993; 2015).

La terapia dialéctica conductual (Dialectical Behavior Therapy – DBT) fue originalmente desarrollada durante los años 80 por Marsha M. Linehan para el tratamiento de pacientes con conductas suicidas, observando que la mayoría cumplía los criterios para el diagnóstico de trastorno límite de personalidad (TLP). La DBT es un buen ejemplo de la evolución de la terapia de conducta e incluye modificaciones específicas para adaptar el tratamiento a la complejidad del trastorno: incorpora estrategias de validación y de aceptación que se complementan con intervenciones orientadas al cambio, tratando de buscar el equilibrio entre ambos tipos de intervención desde la filosofía dialéctica. Respecto al manejo de la psicopatología, la terapia integra la adquisición de nuevas habilidades con aspectos motivacionales y con la aplicación y generalización de éstas al día a día de los pacientes. Con el fin de mantener a los terapeutas dentro del marco de la DBT así como para prevenir el “burnout”, el tratamiento hace énfasis en la cooperación entre terapeutas creando para ello un Equipo de Consulta específico.

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Marsha M. Linehan

Desde su desarrollo, la DBT ha sido adaptada a diferentes rangos de edad, categorías diagnósticas y dispositivos asistenciales, ya que ofrece una aproximación de tratamiento multi-componente, integradora y flexible. Existe evidencia empírica para la eficacia de la DBT en el tratamiento de otros trastornos relacionados con dificultades de regulación emocional así como síntomas específicos como por ejemplo autolesiones, ideación suicida, intentos de suicidio, síntomas de bulimia, depresión, abuso de sustancias (Haynos, Fruzzetti, Anderson, Briggs & Walenta, 2015). La DBT también muestra eficacia en el tratamiento de adolescentes con ideas suicidas (Pistorello, Fruzzetti, MacLane, Gallop & Iverson, 2012).

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